miércoles, 17 de abril de 2019

Attilio Bertolucci


Las violetas

Nacen las violetas
al pie de las acacias desnudas,
en el viento y en el sol
vas por una acequia, con las piernas desnudas.


De improviso te inclinas
extiendes la mano morena
entre hierbas y espinos secos,
no has recogido una aun.

En sueños, en el viento y en el sol
pasabas la tarde
en recoger violetas frescas,
con un hilo blanco las atabas.


Idilios Domésticos


                    I
Este es el dulce invierno de acá
que lleva humo entre las acacias, viejos vagabundos
Apeninos abajo por el camino que va a la ciudad,
un alegre silencio así.

Soy y niebla, no importa, la dulce tarde
ve niños en tristes juegos gritar
al cielo occidental, sea ceniza u oro,
tarde, tarde, hasta a las luces que se encienden.

                    II

Así íntimamente la jornada comienza
en el gris otoño, así lenta pasa
la mañana más allá de los vidrios tersos
donde la luz tardía se amodorra.

Es este plateado silencio el declinar
del año, nuestra vida
varían apenas las dolorosas fiestas del corazón,
las memorias que migran como nubes.

De Lettera da casa, 1951.
(Versión G.M.)


Originales italianos:

Le viole

Nascono le viole
ai piedi delle gaggie nude,
nel vento e nel sole
vai per un fosso a gambe nude.

Improvvisamente tu chini,
stendi la mano bruna
fra erbe e secchi spini,
ne hai colto ancora una.

In sogno, nel vento e nel sole
il pomeriggio passavi
a cogliere le fresche viole,
con un filo bianco le legavi.



Idilli domestici


                      I

Questo è il dolce inverno di qui
che porta fumo tra le gaggìe, vecchi vagabondi
giù dall’Appennino per la strada che va in città,
un così allegro silenzio intorno.

Sole o nebbia, non importa, la dolce sera
vede fanciulli in mesti giochi gridare
sul cielo occidentale, sia cenere o oro,
tardi, tardi, sino alle luci che si accendono.

                     II

Così intimamente la giornata comincia
nel grigio autunno, così lenta passa
la mattina di là dai vetri tersi
ove la luce tarda s’assopisce.

È questo argenteo silenzio il declinare
dell’anno, la nostra vita
variano appena le dolorose feste del cuore,
le memorie che migrano come nuvole.

De Lettera da casa, 1951.

Para conocer un poco más de la vida y la obra de Attilio Bertolucci visita la entrada anterior de La Bartola:


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